5 de febrero de 2025
El caso Almasri: cómo la liberación de un represor libio sacude al gobierno de Giorgia Meloni

El jefe de la policía judicial libia, acusado de crímenes de guerra, era buscado por la Corte Penal Internacional. Su liberación desató un escándalo y generó cuestionamientos a la política migratoria del país
Apenas dos días después de su arresto, el 21 de enero, Almasri fue puesto en libertad y deportado de vuelta a Libia en un avión de las fuerzas aéreas italianas. El gobierno italiano argumentó que un tribunal de apelación había ordenado su liberación debido a “tecnicismos” legales y por considerarlo un peligro para la seguridad italiana. Sin embargo, la rapidez y las circunstancias de su liberación han levantado sospechas.
El caso ha pasado rápidamente de ser un posible avance en la justicia internacional a un atolladero político que ha puesto a Giorgia Meloni en una posición incómoda. La primera ministra, conocida por su línea dura en política migratoria, se ha visto envuelta en una investigación por su papel en la liberación de Almasri. Ella y dos de sus ministros más importantes están siendo investigados por posible “complicidad” y “malversación de fondos”.
Meloni ha respondido atacando lo que denomina “magistrados politizados”, sugiriendo que la investigación tiene motivaciones políticas. “No puedo ser chantajeada, no seré intimidada”, declaró en un video de Facebook, revelando la notificación de investigación.Un tribunal especial está evaluando la denuncia contra Meloni y sus ministros. Sin embargo, será necesaria la aprobación parlamentaria para proceder a cualquier investigación formal.
Mientras tanto, la oposición ha sido implacable. Elly Schlein, líder del opositor Partido Democrático, ha acusado a Meloni de “hacerse la víctima” y ha exigido explicaciones en el Parlamento. “¿Qué clase de país queremos ser?”, preguntó hoy durante un debate parlamentario sobre el asunto. “¿Del lado de los torturados o del lado de los torturadores?”.El caso expone las contradicciones del controversial acuerdo migratorio entre Italia y Libia, una ex colonia italiana, renovado bajo el gobierno de Meloni.Grupos de derechos humanos expresaron su indignación después de que Italia liberara a Almasri. El enojo de la CPI, con sede en La Haya, también parecía evidente. En un comunicado, la CPI recordó a Italia que está obligada a “cooperar plenamente” con sus procesos judiciales.
Mientras el debate político continúa, las víctimas de los abusos en los centros de detención libios han alzado su voz. Lam Magok, la víctima que ha denunciado públicamente los abusos, presentó una denuncia el 3 de febrero acusando al gobierno italiano de complicidad.