17 de diciembre de 2024
La despedida de Cecilia Roth a Marisa Paredes y su recuerdo de Todo sobre mi madre, la película con la que hicieron historia
Con profundo dolor, la argentina homenajeó a la gran actriz española, quien murió hoy a los 78 años. Juntas protagonizaron el filme con el que el que Pedro Almodóvar obtuvo su primer Oscar
Todo comenzó con una llamada inesperada en medio de unas vacaciones. Cecilia Roth estaba en una quinta antigua a las afueras de Buenos Aires, rodeada de naturaleza y tranquilidad, cuando sonó el teléfono. Al otro lado de la línea, la voz de Pedro Almodóvar rompió el sosiego: “Te quería contar que estoy preparando una película sobre el vínculo de las mujeres y aunque es coral, hay una protagonista a la que le sucede todo lo que genera la historia. Es el personaje que quiero que hagas”, le dijo el director. “Después de gritar un ‘sí’ total, terminé con él y bajé por la cuesta rodando”, recordó Roth en una entrevista con la edición española de la revista Vogue.
“Fue un reencuentro en el cine, sí, pero no en la vida. Teníamos un vínculo, nos reíamos y cuando llegué a Madrid siempre salíamos juntos”, explicó Roth, subrayando que la confianza con Almodóvar nunca se había perdido. Años después de aquellas primeras colaboraciones, ambos habían madurado profesional y personalmente, y esa evolución resultó clave para el regreso de la actriz al universo almodovariano.
La película Martín Hache (1997), de Adolfo Aristarain, fue determinante para que el director manchego volviera a pensar en ella. “Creo que después de verla consideró que podía volver a contar conmigo porque la película le había gustado muchísimo”, comentó Roth con picardía. La actuación que le valió su primer Premio Goya mostró a una actriz más madura y capaz de sostener personajes complejos, algo que Almodóvar necesitaba para el papel. “Estábamos más cerca de esa actriz experimentada que de aquella niña de antes”, reflexionó.“Era un reencuentro en el set, sin duda, pero también con una manera de trabajar y con una forma de entrega muy particular”, recuerda la actriz. Almodóvar, meticuloso y exigente, logró que cada escena tuviera una carga emocional impactante, donde las actrices brillaban y se sostenían unas a otras. “Había algo que conocí, que tenía en el cuerpo y volvió a aparecer. Fue como volver a casa”, confesó Roth, hablando del universo tan personal que el cineasta había construido con su obra.
En el rodaje coincidieron intérpretes de diferentes generaciones y estilos como Marisa Paredes, Penélope Cruz, Antonia San Juan y Candela Peña, un elenco que se convirtió en símbolo de sororidad en un momento en el que las historias de mujeres aún eran una rareza en la gran pantalla. “Todo sobre mi madre marcó un territorio nuevo al ser una película con tantas mujeres. Entonces no era lo común”, reflexionó la actriz. La cinta no solo daba voz a personajes femeninos fuertes y complejos, sino que exploraba temas como la maternidad, la pérdida, la identidad de género y la amistad, con una sensibilidad que rompió moldes.El éxito de la película tuvo mucho que ver con la identificación que logró con las mujeres de todo el mundo. “Pasaba algo en el éxito de la película que tenía que ver con la identificación de muchas mujeres y también coincidió que era el inicio del siglo XXI, una época prometedora y de cambios”, comenta Roth, destacando cómo Almodóvar supo capturar en su guion un espíritu universal.
A lo largo del proceso, Barcelona fue otro personaje fundamental. La ciudad, con su arquitectura y sus colores, aportó un tono vibrante y melancólico que encuadraba la travesía de Manuela y su encuentro con figuras tan entrañables como Agrado (interpretada por Antonia San Juan) o Rosa, la monja encarnada por una joven Penélope Cruz. “Recuerdo la alegría y la profundidad que se vivía en ese rodaje. Todas estábamos entregadas a contar esta historia, con una emoción que solo Pedro sabe crear”, asegura Roth, recordando aquellos días como una experiencia imborrable.“Era tan desbordante todo. Recuerdo cada minuto”, dice Roth al hablar de la ceremonia de los Oscar del año 2000, cuando Pedro Almodóvar finalmente recogió su primera estatuilla dorada. Aquel momento quedó grabado en la historia del cine español, inmortalizado por el grito eufórico de Penélope Cruz, quien con su “¡Pedro!” emocionó a millones de espectadores. Sin embargo, para Roth, el instante fue tan humano como surrealista: “Yo internamente tenía la sensación de que íbamos a ganar. No me extrañó, aunque pueda sonar tonto y soberbio”.
Cecilia compartió una anécdota que refleja la espontaneidad de aquellos días. Justo antes de anunciar al ganador, la actriz tuvo que ausentarse de su asiento. “Una inexcusable visita al baño me hizo levantarme minutos antes. Pedro se enfadó conmigo: ‘¡Siempre te pasa lo mismo!’”, cuenta entre carcajadas. “Creo que nunca hice pipí tan rápido porque está todo controlado allí, te ponen hasta un extra para que no se vea vacío el asiento”.El éxito no se detuvo allí. La cinta ganó el Globo de Oro a Mejor Película Extranjera, ocho premios Goya, incluido el segundo para Cecilia Roth, y el premio del Cine Europeo a Mejor Actriz. La lista de galardones parecía interminable. “Fue como un sueño. Esos premios significaban mucho, pero lo más importante fue la conexión que la película logró con el público. Esa identificación, esa emoción”, reflexiona la actriz.